Re – visión de la Historia de Nastagio degli Onesti de Boticelli por Marina Núñez

Continuamos con la programación del festival Miradas de Mujer. Una de las propuestas es la revisión por parte de algunas artistas una serie de artistas de una selección de pinturas clásicas del Museo del Prado. Hemos asistido toda la clase del curso “Creaciones y manifestaciones artísticas” a la revisión realizada por Marina Núñez de la obra de Sandro Boticelli de Historia de Nastagio degli Onesti, 1483.

Las tablas del Museo del Prado, junto a una cuarta en colección particular, formaban una spalliera, es decir, paneles pintados que revestían las paredes de las residencias florentinas con un propósito tanto ornamental como práctico, al ayudar a mantener templadas las habitaciones.

El conjunto ilustra la “Historia de Nastagio degli Onesti”, octava novela de la quinta jornada del Decamerón de Giovanni Boccaccio. El relato, contado por Filomena, cuenta la historia de Nastagio, un joven noble de Rávena rechazado por la hija de Paolo Traversari, de linaje más alto que el suyo. Nastagio, despechado, empezó a dilapidar su fortuna, de forma que sus amigos decidieron llevarlo a Chiassi, un pinar a las afueras de Rávena.

Historia_de_Nastagio_degli_OnestiEl primer panel, que contiene tres escenas, muestra a Nastagio despidiéndose de sus amigos e internándose para meditar en un pinar, donde ve a una bella mujer atacada por mastines y perseguida por un jinete. Nastagio trata de ayudarla pero el caballero, Guido degli Anastagi, le disuade tras contarle su historia). Como Nastagio, también él amó a una joven que no le correspondía y cuyo rechazo le llevó al suicidio. Su muerte no conmovió a la joven, quien al morir fue condenada al infierno por su indiferencia. Allí se castigó a ambos con la persecución que Nastagio había presenciado, que debía repetirse cada viernes durante tantos años como meses ella le había ignorado. Cada vez que Guido alcanzaba a la joven abría su costado y arrojaba a los perros su corazón, antaño insensible tanto al amor como a la conmiseración.

Historia_de_Nastagio_degli_Onesti2En el segundo panel, también con tres escenas, Nastagio huye asustado al presenciar cómo Guido extrae el corazón de la joven que devoran los mastines mientras al fondo se reinicia la persecución. Tras la repulsa inicial, Nastagio pensó sacar provecho de la historia e invitó a cenar a su amada con sus familiares. Historia_de_Nastagio_degli_Onesti3

El tercer panel (con dos episodios) muestra la reacción ante los acontecimientos de los invitados, distribuidos por sexos en dos mesas, y cómo la amada de Nastagio le hace saber, mediante una anciana criada, que accede a sus demandas, a la derecha del espectador. Nastagio quedó muy contento, pero alegando que su placer no debía poner en peligro el buen nombre de ella, le pide que se casen. La cuarta tabla representa el banquete nupcial, no descrito por Boccaccio, quien acababa su relato afirmando que las mujeres de Rávena quedaron tan amedrentadas con lo sucedido, que en adelante fueron más complacientes con los placeres de los hombres.

El relato y la imagen producida a partir de él se inscriben dentro de una tradición occidental que utiliza la violencia como recurso para conquistar a la mujer amada, y que en este caso concreto se amplía a la instrucción del conjunto de las mujeres, pues la historia relata como todas las mujeres ravenenses (que estaban invitadas al banquete) sintieron tanto miedo que fueron siempre luego más dóciles a los placeres de los hombres de lo que antes habían sido.

El problema se acentúa si pensamos que estas pinturas fueron encargadas por Antonio Pucci con ocasión del matrimonio de su hijo Giannozzo con Lucrezia Bini en 1483, para que no caiga en el olvido de la novia lo que puede suceder sino obedece ante la autoridad masculina, representada por el esposo.

Marina Núñez, Sin título (siniestro),1991 Marina Núñez nos habla de la capacidad de las imágenes del arte para instalarse en nuestro imaginario cotidiano, del uso del imaginario artístico para reforzar los discursos patriarcales. Así, uno de sus primeros trabajos de la artista palentina recoge cómo la violencia de género se instala en los espacios cotidianos, principalmente en aquellos a los que las mujeres han sido asignadas: el espacio privado del hogar.

Del mismo modo que Marina Núñez subvierte estas imágenes, son muchas las artistas que han alterado el lenguaje artístico para denunciar la violencia de género. Dejo la interesante crítica «From victim to Victor: women turn the representation of rape inside out», en la que se analizan y comparan los imaginarios sobre la violencia de género producidos hombres y mujeres, y las tradiciones en que se inscriben. 

Esta entrada se publicó el 19 marzo, 2013 en 22:52 y se archivó dentro de arte, arte feminista, arte y educación, artistas, charlas, conferencias y seminarios, crítica feminista de arte, máster Estudios Feministas UCM, museos y centros de arte, violencia de género. Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

¿y tú qué piensas?